1
.
Presentación
10
Está claro que no se puede aplicar un marco de
funcionamiento de Instituciones públicas a unas
Entidades de naturaleza privada, como son las
Mutuas, pues de esa acción, sin duda, lo único
que se viene derivando es una fricción, a estas
alturas ya muy intensa, con un resultado de ajustes
y sanciones hacia las mismas, que están siendo
dirigidas desde hace años a golpe de normas
donde es difícil encontrar el necesario sentido
común.
FREMAP tiene claro que su misión es colaborar con
la Seguridad Social, garantizando la salud de los
Trabajadores y la competitividad de las Empresas.
FREMAP apuesta plenamente por la transparencia y
no se opone al control y fiscalización, pero debe ser
de forma ordenada y sensata.
• La tercera y última cuestión a no perder de vista,
es la reducción de la liquidez en las Mutuas,
provocada por el incremento paulatino de los
saldos permanentes que existen en la Tesorería
General de la Seguridad Social, a favor de estas
Entidades, y que, si bien ya está produciendo
tensiones, finalmente pueden llegar a producir
estrangulamientos de tesorería en alguna Mutua.
Considerando todo lo anterior, puede decirse que
el Mutualismo tiene en la actualidad una crisis de
identidad, toda vez que su naturaleza privada no
se ve expresada en ningún aspecto, salvo en la
“responsabilidad mancomunada de los Empresarios
asociados”, si un día faltara dinero.
Esta crisis de identidad, se ve envuelta en el peligroso
plano de las previsiones del artículo 100 del Texto
Refundido de Ley General de la Seguridad Social,
por el que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
puede adoptar medidas cautelares por problemas de
solvencia o de liquidez, así como ordenar el cese de
la colaboración de una Mutua, en caso de infracción
calificada como muy grave, conforme a lo dispuesto
en el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y
Sanciones en el Orden Social, como se ha puesto de
manifiesto.
Es obvio que bajo estas circunstancias, la
configuración y libre funcionamiento del Sector de
Mutuas, está más lejos del alcance de la voluntad
de sus Empresarios asociados, que son los últimos
responsables de la gestión de estas Entidades,
que de las consecuencias de la deriva normativa
publificadora a la que se encuentran sometidas
las Mutuas, y que pueden aproximarles, al menos,
a alguna de las tres cuestiones señaladas, según
donde se pretenda presionar desde una eventual
configuración discrecional del Sector.
La situación actual en la que se encuentran las
Mutuas, nada tiene que ver con su reconocida
excelencia en la gestión, sino, más bien, con
la insuficiencia en la financiación de algunas
prestaciones, especialmente la de Contingencias
Comunes, y con la falta de reconocimiento de su
naturaleza privada.
Esta encrucijada puede llevar a que las Mutuas
vayan cayendo una tras otra, si no se solventan estos
problemas esenciales, tal y como se ha puesto de
manifiesto en 2018, cuando el Sector de Mutuas
ha experimentado un episodio de concentración,
procediéndose a la fusión de dos Mutuas:
Ibermutuamur y Mutua Gallega.
Centrándonos en los grandes números, es conocida la
enorme necesidad financiera que reside en el Sistema
de Seguridad Social, derivada del obligado pago de
las pensiones.
Siendo conscientes de esta realidad, por si alguien
lo hubiera pensado en algún momento, resulta a
todas luces imposible tratar de resolver el problema
económico de la Seguridad Social (en quiebra total),
ahogando financieramente a las Mutuas, y sería
de necios impedir que las Mutuas sigan dando un
excelente servicio a los Trabajadores protegidos,
aportando grandes dosis de competitividad para
las Empresas y enormes ahorros para la Seguridad
Social, sólo por el hecho de aliviar mínimamente los
problemas de solvencia y liquidez de un Sistema,
que es el que realmente tiene que ser reformado en
profundidad, desde el seno del Pacto de Toledo, y con
el acuerdo de todos.